Pensar en el futuro significa también pensar en la previsión adecuada: por un lado para uno mismo, pero sobre todo para los familiares. En esta situación, un seguro de vida puede ser de ayuda, ya que después de la muerte del titular, el seguro respalda económicamente el futuro de los familiares. Además, un seguro de vida puede servir, a largo plazo, de previsión para la vejez, ya que las prestaciones legales de jubilación difícilmente alcanzarán para sostener una vida normal. Esta situación se debe a la disminución creciente de los contribuyentes a las cajas de previsión pública en una sociedad en la que los individuos alcanzan una edad cada vez mayor. Tome sus precauciones con tiempo. En una conversación personal, le asesoraremos con mucho gusto sobre sus posibilidades.
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